
Mitos y realidades sobre la vacuna contra el VIH
MITO: Las vacunas contra el VIH pueden transmitir el VIH a las personas.
REALIDAD: Esta afirmación es falsa. Una persona NO puede contraer el VIH a través de las vacunas contra el VIH en estudio. Estas vacunas no contienen el VIH real. Algunas vacunas, como las de la fiebre tifoidea o la polio, pueden usar una forma debilitada del virus. Pero las vacunas contra el VIH no lo hacen. Los científicos crean vacunas contra el VIH de forma que se parezcan al virus real, pero no contienen VIH. Piénselo como una fotocopia: puede parecer similar, pero no es la original. En los últimos 25 años, más de 30,000 voluntarios han participado en estudios de vacunas contra el VIH en todo el mundo. Ninguno de ellos se infectó con el VIH a través de las vacunas probadas. Esto se debe a que las vacunas no contienen el virus del VIH.
MITO: Ya existe una vacuna contra el VIH.
REALIDAD: Esto también es falso. No existe una vacuna autorizada contra el VIH ni el sida. Sin embargo, los científicos están más cerca que nunca de crear una vacuna eficaz contra el VIH. En 2009, investigadores realizaron un amplio estudio sobre la vacuna RV144 en Tailandia. Este demostró que una combinación de vacunas podría detener aproximadamente el 32 % de las nuevas infecciones. La HVTN lidera el esfuerzo para desarrollar estos resultados.
MITO: Participar en un estudio sobre una vacuna contra el VIH es como ser un conejillo de indias.
HECHO: A diferencia de los conejillos de indias, las personas pueden decidir participar o no en un estudio. Todos los voluntarios deben completar el consentimiento informado. Este proceso garantiza que comprendan los riesgos y beneficios de participar. Los voluntarios también pueden abandonar el estudio en cualquier momento sin perder sus derechos ni beneficios. Nos aseguramos de que las personas comprendan completamente el estudio antes de participar. Todos nuestros estudios cumplen con las regulaciones federales de investigación de EE. UU. y con los estándares éticos internacionales.
MITO: Los científicos occidentales están utilizando injustamente a personas de países en desarrollo para probar vacunas contra el VIH.
REALIDAD: Para encontrar una vacuna eficaz en todo tipo de personas, es necesario probarla en todo tipo de personas. Esto es especialmente cierto para las personas más afectadas por la epidemia del VIH. Estas podrían ser las que más se beneficien de una vacuna, como por ejemplo, las personas que viven en el África subsahariana. La máxima prioridad en cada estudio es proteger el bienestar de los voluntarios. Nosotros, junto con nuestros socios, nos aseguramos de que los estudios cumplan con altos estándares éticos. Colaboramos con científicos e investigadores locales y consultamos a las comunidades locales. Muchos estudios se realizan simultáneamente en EE. UU., Europa y países en desarrollo. Seguimos los mismos procedimientos y estándares globales independientemente del lugar donde se realice el estudio.
MITO: Una persona debe ser VIH positiva (estar infectada) para participar en un estudio de vacunas contra el VIH.
REALIDAD: Esto es falso. Estamos probando vacunas preventivas. Debemos realizar pruebas a voluntarios que no estén infectados con el VIH, porque nuestro objetivo es que las personas no lo estén. Otros grupos de investigación están estudiando vacunas terapéuticas para personas ya infectadas con el VIH.
MITO: Los investigadores quieren que los participantes del estudio practiquen conductas inseguras para poder comprobar si la vacuna realmente funciona.
REALIDAD: ¡Esto es absolutamente falso! La seguridad de los participantes del estudio es la principal preocupación de los investigadores y el personal de la vacuna contra el VIH. Los consejeros ayudan a los participantes del estudio a elaborar un plan personal para reducir su exposición al VIH. Los participantes reciben suministros como condones y lubricante. También proporcionamos información sobre herramientas de prevención del VIH, como la PrEP y la circuncisión masculina médica. Los ensayos de eficacia del VIH involucran a miles de participantes y duran varios años. A pesar de los mejores esfuerzos para reducir la exposición, algunos participantes aún pueden infectarse. Cambiar el comportamiento humano es difícil. Si fuera fácil, no tendríamos problemas con la obesidad ni las enfermedades pulmonares causadas por el tabaquismo. Una vacuna preventiva contra el VIH es crucial porque depende menos del comportamiento individual.
MITO: Dado que la PrEP (profilaxis previa a la exposición) puede prevenir el VIH, ya no necesitamos una vacuna contra el VIH.
HECHO: Las personas VIH negativas pueden tomar PrEP (Profilaxis Preexposición) para prevenir el VIH. Existen dos pastillas aprobadas para su uso como PrEP oral para la prevención del VIH. Descovy® y Truvada® son pastillas de administración diaria. Truvada®, administrado como PrEP "a demanda" cerca del momento de la relación sexual, también ha demostrado ser eficaz, pero no está aprobado por la FDA. Apretude® es la única PrEP inyectable disponible. Se administra cada dos meses después de dos inyecciones iniciales, con un mes de diferencia. La PrEP podría no ser efectiva para todos. Algunas personas no tienen acceso a ella. Otras pueden tener razones de salud que les impidan tomar la pastilla. Además, algunas personas pueden no querer tomarla. La PrEP es una importante incorporación a los métodos existentes de prevención del VIH. Pero eso no significa que no necesitemos también una vacuna. Las vacunas son la única forma de eliminar por completo una enfermedad infecciosa (la viruela). Las vacunas son una opción eficaz, asequible y práctica. Hasta que tengamos una vacuna eficaz contra el VIH, apoyamos el uso de todas las herramientas de prevención del VIH disponibles y alentamos a las personas a informarse sobre sus opciones de prevención.
MITO: No es necesaria una vacuna contra el VIH porque el SIDA se puede tratar y controlar, como la diabetes.
REALIDAD: El tratamiento del VIH y el SIDA ha mejorado mucho en los últimos 30 años. Sin embargo, no puede reemplazar la prevención. Los medicamentos actuales contra el VIH son muy caros y, además, presentan numerosos efectos secundarios. En ocasiones, las personas desarrollan resistencia a los medicamentos y pueden necesitar cambiar su régimen de medicación. El acceso a estos medicamentos no está garantizado. Algunos países no tienen acceso a los mismos medicamentos disponibles en Estados Unidos y Europa. Además, la tasa de nuevas infecciones a nivel mundial supera nuestra capacidad para brindar tratamiento.
MITO: La búsqueda de una vacuna contra el VIH se ha llevado a cabo durante mucho tiempo y simplemente no es posible encontrar una que funcione.
REALIDAD: Desarrollar una vacuna contra el VIH ha resultado difícil. Sin embargo, la comprensión científica continúa mejorando constantemente. En los últimos años, el estudio RV144 en Tailandia ha arrojado resultados prometedores. También se está realizando un trabajo emocionante con anticuerpos ampliamente neutralizantes contra el VIH. El VIH es un oponente poderoso, pero los científicos aprenden constantemente unos de otros y utilizan tecnología avanzada para combatirlo. La ciencia ha avanzado mucho en los 30 años transcurridos desde el descubrimiento del SIDA. La investigación de vacunas preventivas contra el VIH ha llevado mucho tiempo, pero no es inusual. Por ejemplo, ¡el desarrollo de la vacuna contra la polio tardó 47 años!
MITO: Las vacunas causan autismo y no son seguras.
REALIDAD: Esto es falso. Muchos estudios han demostrado que esta afirmación es falsa. Se descubrió que el médico británico que afirmó la relación entre las vacunas y el autismo falsificó sus datos. Posteriormente, se le retiró su licencia médica. No existe ninguna relación entre la vacunación infantil y el autismo. Es cierto que las vacunas pueden tener efectos secundarios. Pero estos suelen ser temporales (como dolor en el brazo, fiebre baja, dolores musculares) y desaparecen al cabo de uno o dos días. Las vacunas son vitales para proteger a las personas y a la comunidad. Se consideran una de las mejores medidas de salud pública de la historia, después del agua potable.
MITO: Las personas que no son vulnerables a la infección por VIH no necesitan una vacuna contra el VIH.
HECHO: Una persona puede no ser vulnerable al VIH hoy, pero la vida puede cambiar, al igual que la vulnerabilidad a las enfermedades. Una vacuna preventiva contra el VIH puede ser importante también para sus hijos, familiares y amigos. Conocer la investigación sobre vacunas preventivas contra el VIH permite ayudar a otros. Pueden explicar a sus amigos y familiares la importancia de la investigación. También pueden desmentir cualquier mito al respecto. Cualquiera puede ayudar a encontrar una vacuna. Incluso si una persona no es vulnerable al VIH hoy, puede participar en el esfuerzo por encontrar una vacuna. Una vacuna contra el VIH podría salvar millones de vidas en todo el mundo.
Artículo creado por la Red de Ensayos de Vacunas contra el VIH (HVTN) y actualizado por BridgeHIV. La HVTN es la mayor colaboración mundial financiada con fondos públicos. Se centra en la creación de vacunas para prevenir el VIH/sida y combatir la epidemia.